domingo, 6 de diciembre de 2015

Vitoria, bajo control microscópico (Gluten, grasa y sal)

El Laboratorio Municipal trabaja para velar por la salud de los ciudadanos y del medio ambiente de la capital alavesa.

El laboratorio realiza diferentes análisis como químicos, físicos o microbiológicos.

El agua potable de Vitoria se analiza, con tomas recogidas en diferentes puntos representativos de la ciudad, a diario. De ello se encarga personal del Laboratorio Municipal, que a base de pruebas microbiológicas determina que su calidad es buena y, lo que es igual de importante, estable y sin grandes diferencias entre los distintos puntos de la capital. Lo destacable es que a lo largo del año se mantengan los parámetros, explican desde esta unidad. Éste es solo un ejemplo del trabajo que realizan las catorce persona que forman parte de esta unidad que consta de cuatro laboratorios -bromatología, microbiología, ambiental y de Gardélegui- y dos servicios de inspección.

Aunque casi nadie se para a pensar en cómo se controlan los alimentos, el agua -de consumo, lúdicas, subterráneas, etc.-, los residuos e incluso el aire, lo cierto es que existe quien vela «por la salud de la ciudadanía y del medio ambiente de Vitoria», afirma Ainhoa Etxeandia, directora del departamento de Medio Ambiente y Salud Pública del Ayuntamiento de Vitoria. Para demostrarlo también es conveniente recurrir a un ejemplo, al más reciente. El caso sobre la carne de ave que se utilizaba en la cocina central de San Prudencio y podía acarrear problemas de salud «fue detectado aquí», desvela Nerea Cabo, jefa del Laboratorio Municipal.

De hecho, el programa de control higiénico-sanitario y nutricional que se desarrolla en ese centro está en curso de forma permanente. En el último ejercicio 2014-15 se han analizado 182 muestras. «Cuando detectamos una incidencia ponemos los medios para ver por qué ha sucedido. En ese caso se concluyó que el problema estaba en el proveedor», añade Cabo, que explica que pueden darse esas incidencias «por ejemplo, porque se ha roto la cadena de frío» o por otros factores. Admite que se producen casos, «pero nunca han tenido repercusión para la salud» y detalla que «nosotros informamos rápidamente para que se pueda actuar».

La labor del Laboratorio «es siempre preventiva y no dejamos de estar ahí nunca», aporta Etxeandia. Ese trabajo no solo atiende al ámbito público sino también al privado. Así, en el último curso se analizaron 26 muestras de alimentos comercializados a través de máquinas expendedoras, 24 de platos preparados no industriales a la venta en la ciudad, 34 de ensaladas conservadas en atmósfera modificada, y 74 en carne fresca de pollo, entre otras.

Algunas de las campañas de control se mantienen en el tiempo y otras tienen carácter puntual, como el control de alimentos de venta en el recinto ferial durante las fiestas (se tomaron 17 muestras este año) o el estudio comparativo de la calidad de las mieles artesanales alavesas y las comerciales (52 muestras).

Gluten, grasa y sal

La vigilancia en cuestiones como el control de la legionela es más intensa si cabe. La vigilancia se produce en polideportivos, piscinas, residencias, hoteles, jacuzzis... donde se han tomado 300 muestras. Es otro de los programas que desarrolla «en la sombra», admiten sus responsables, que resaltan «la fiabilidad de los resultados», ya que el Laboratorio Municipal es una Entidad Nacional Acreditada bajo la Norma UNE-EN ISO/IEC 17025. Los resultados no plantean dudas en ningún caso, ya se trate del análisis de las 121 muestras tomadas en locales hosteleros de la ciudad para la detección de la «listeria monocytogenes», o de las 51 estudiadas para determinar el contenido en grasa y sal en productos cárnicos que se venden en carnicerías y charcuterías de Vitoria.

El programa del control del gluten en diferentes alimentos ha sometido ya a análisis 156 muestras este año y se mantiene en curso. «Colaboramos con la Asociación de Celiacos de Euskadi. Comprobamos que cumplen con el etiquetado», explica Cabo.

La lista de los análisis que se realizan en el Laboratorio Municipal es mucho más amplia. Incluye, por ejemplo, otros controles como vertidos a la red de alcantarillado (172 muestras), residuos industriales (114), lixiviados, arroyos y aguas subterráneas (166) y tecnosuelos (638). Estos últimos demuestran, según explica Etxeandia, que existe «un trabajo transversal» entre las unidades de laboratorio y la sanitaria y de consumo.

Fuente:  http://www.diariovasco.com/alto-deba/201512/06/vitoria-bajo-control-microscopico-20151206001834-v.html

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